MADRID.- La inactividad física es la causa principal de aproximadamente un 21-25
por ciento de los cánceres de mama y de colon, del 27 por ciento de los
casos de diabetes y aproximadamente del 30 por ciento de la carga de
cardiopatía isquémica, según los datos de la Organización Mundial de la Salud.
El
coordinador de la Unidad de Medicina Deportiva del Hospital Vithas
Nuestra Señora de América, el doctor Álvaro Herrera, ofrece una serie de
consejos para realizar ejercicio con seguridad a partir de los 35 años:
1. Realizar
un reconocimiento médico-deportivo previo. Además, es conveniente
hacerlo con una amplitud adecuada a la actividad a realizar. En esos
reconocimientos se puede consultar con el médico cuál es el tipo de
actividad física o deporte más adecuado para cada uno.
2. Es importante realizar revisiones odontológicas regulares para constatar una buena salud bucal.
3. Hay que contar con un equipamiento deportivo adecuado, cómodo, seguro y de calidad.
4. Cuidar la alimentación y la hidratación, ya que han de ser adecuadas a la actividad que se realice.
5.
Progresividad en la intensidad, duración y frecuencia. Hay que combinar
actividades de impacto y actividades de bajo impacto. Además, hay que
recordar que la constancia y la regularidad reportarán mayores
beneficios.
6. Al inicio es importante realizar
un calentamiento global y específico del deporte a practicar, y al
finalizar es fundamental los estiramientos para prevenir lesiones de
todos los grupos musculares importantes, sea cual sea el tipo de
deporte.
7. Evitar actividades físicas en condiciones de elevado calor, sobre todo si la humedad es alta, o hay frío intenso.
8. No realizar ejercicio durante o en los días posteriores a cuadros infecciosos o febriles.
9. Ante cualquier síntoma anormal hay que cesar la actividad y acudir al médico.
10. No olvidar el asesoramiento cualificado que proporcionan médicos, entrenadores y fisioterapeutas.
Por
otro lado, a partir de los 65 años es importante tener en cuenta que el
85 por ciento de la población presenta alguna enfermedad crónica y el
45 por ciento alguna cardiopatía. Además, hay una elevada prevalencia de hipertensión arterial, un alto porcentaje toma algún tipo de medicación y, por último, en muchos casos existen antecedentes de alguna patología.
Por
eso es conveniente que este grupo de población realice un
reconocimiento médico anual, lo más completo posible y adecuado a la
persona y el tipo de actividad a realizar; evite la actividad física muy
prolongada o intensa; realizar actividades de bajo impacto; evitar
deportes de riesgo; practicar actividades físicas o deportivas en grupo
para que sean más lúdicas, y tener en cuenta que la actividad física
desproporcionada para la edad aumenta los riesgos cardiovasculares.
Incorporar
la práctica deportiva facilita llegar a la madurez en la mejor
condición física posible. Este hábito puede iniciarse a edades
tempranas, a partir de los 6-7 años, ya que "permitirá que los pequeños
crezcan sanos desde el punto de vista físico, mental y emocional", ha
señalado el doctor Herrera.
De esta forma, los niños que realizan algún tipo de actividad física de manera regular fortalecen
su autoestima; aprenden a controlar sus emociones; mejoran su
desarrollo psico-motor, la coordinación y sus habilidades sociales;
favorecen el rendimiento académico; mejoran su conciencia corporal y su
cuidado, y desarrollan un sistema músculo-esquelético más fuerte,
aumentando la elasticidad de los tejidos y permitiendo un crecimiento
más saludable.
Además, la práctica deportiva en los más pequeños también hace que mantengan mejor su peso corporal,
previniendo la obesidad; mejoran la calidad del sueño; disminuyen el
riesgo de padecer diabetes mellitus tipo II, HTA y otros factores de
riesgo cardio-vascular, y favorece el que no se inicien en hábitos
tóxicos, como el tabaquismo.
Por último, el doctor Herrera, ha señalado que incrementar la actividad física en la madurez reporta beneficios como:
1. Mejorar la calidad de vida, tanto desde el punto de vista físico como psíquico.
2. Ayudar a mejorar la alimentación, mantener un peso adecuado y prevenir la obesidad.
3. Favorecer la prevención/eliminación de hábitos tóxicos como el tabaquismo.
4. Reducir las cifras de tensión arterial.
5. Mejorar la ansiedad, la depresión y el estrés.
6. Mejorar la autoestima.
7. Prevenir la elevación de las cifras de glucosa y reducir la necesidad de insulina en los diabéticos.
8. Aumentar los niveles de colesterol HDL (bueno) y reducir las cifras de colesterol LDL (malo) y triglicéridos.
9. Mejorar
la calidad del sueño, la agilidad, los reflejos, la resistencia
aeróbica, la fuerza muscular, la velocidad, la movilidad articular, o el
sistema inmunológico.
10. Disminuir el riesgo de padecer osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y demencias seniles.