martes, 12 de febrero de 2013

Describen un nuevo enfoque terapéutico contra la leucemia y el linfoma

Un estudio internacional dirigido por científicos de la Universidad de Duisburgo-Essen, en Alemania, ha descrito un enfoque totalmente novedoso para el tratamiento de la leucemia y el linfoma, centrado en el papel que el factor de transcripción GFI1 juega en ambas dolencias, según publica la revista 'Cancer Cell'.

   El primer autor del artículo e investigador del Departamento de Hematología del Centro del West German Cancer Center de Essen, Ciro Khandanpour, ha explicado que se trata de un "gran avance" ya que, aunque los diferentes tipos de leucemia y linfoma representan sólo entre el 3 y el 5 por ciento de todos los tumores malignos, hasta en un 80 por ciento de los pacientes afectados el tratamiento no produce una curación.
   Por ello, ha destacado, el objetivo era "ir directamente al corazón de la cuestión y examinar exactamente cómo interactúan los diferentes genes que participan en el origen y desarrollo de la leucemia".
   Uno de los aspectos de su grupo de investigación se centró en el papel desempeñado por el factor de transcripción GFI1, que ha demostrado ser "decisivo" en el origen y desarrollo de estos tumores.
    En concreto, han observado que cuando el GFI1 toma un rumbo diferente y no está presente se produce la remisión o curación total, aún sin necesidad de quimioterapia, algo que han podido comprobar en modelos animales y en los primeros estudios llevados a cabo con células humanas. "Cuando el GFI1 se pierde, la leucemia también desaparece", ha explicado.
   Este "prometedor" hallazgo permitirá desarrollar un nuevo estudio para analizar la eficacia de una terapia dirigida a anular este factor de transcripción, lo que puede suponer una alternativa terapéutica para combatir estos tumores

Desarrollan un tratamiento para prevenir el daño cerebral tras convulsiones prolongadas

  Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory (Estados Unidos) han desarrollado un nuevo tipo de tratamiento profiláctico para la lesión cerebral después de prolongados ataques de epilepsia, según publica la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

   El estado epiléptico, un ataque persistente que puede durar hasta 30 minutos, es potencialmente peligroso para la vida y da lugar a alrededor de 55.000 muertes cada año en Estados Unidos y puede ser causado por apoplejía o infección en el cerebro, así como un control inadecuado de la epilepsia. Actualmente, el estado epiléptico se trata con la administración de una anestesia general o anticonvulsivante, que detiene los ataques.
   Los investigadores de Emory han buscado algo diferente: antiinflamatorios que pueden ser administrados después de un estado epiléptico aguda para reducir el daño al cerebro. Así, han descubierto un compuesto de plomo potencial que puede reducir la mortalidad cuando se administra a ratones después de ataques inducidos.
   "Entre los adultos que experimentan un período de estado epiléptico de más de una hora, más del 30 por ciento muere a las cuatro semanas del evento, por lo que se convierte en un problema de salud importante --dice Ray Dingledine, director del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory--. Creemos que tenemos una vía eficaz para reducir al mínimo el daño cerebral causado por el estado epiléptico no controlado".
   El equipo de Dingledine identificó compuestos que bloquean los efectos de la prostaglandina E2, una hormona involucrada en procesos como la fiebre, el parto, la digestión y la regulación de la presión arterial. La prostaglandina E2 también está implicado en la inflamación tóxica en el cerebro después de que surja el estado epiléptico.
   El primer autor del artículo, el becario postdoctoral Jianxiong Jiang, y el químico medicinal en gran parte responsable del desarrollo de los compuestos, Thota Ganesh, indujeron el estado epiléptico en ratones con el fármaco alcaloide pilocarpina, y les dieron un compuesto, TG6-10-1, cuatro horas más tarde y otra vez a las 21 y 30 horas. TG6-10-1 bloquéo las señales de EP2, uno de los cuatro receptores de prostaglandina E2.
   Entre los animales que recibieron el bloqueador EP2, el 90 por ciento sobrevivió después de una semana, frente al 60 por ciento de un grupo de control que superó con vida el episodio. Cuatro días después del ataque epiléptico, todos los animales que recibieron TG6-10-1 se mostraron normales en la construcción del nido, pero más de una cuarta parte de los animales de control que viven no fueron capaces de construir nidos.
   Además, los cerebros de los ratones tratados con TG6-10-1 tenían niveles reducidos de proteínas mensajeras inflamatorias llamadas citoquinas y menos lesión cerebral en el incumplimiento de la barrera sangre-cerebro. Las consecuencias del estado epiléptico refractario pueden incluir daño cerebral, dificultad para respirar, ritmo cardiaco anormal e insuficiencia cardiaca.
   Dingledine dice que la primera prueba clínica de un compuesto de bloqueo EP2 sería probablemente como un tratamiento complementario para el estado epiléptico prolongado, varias horas después de haber terminado las convulsiones. También podría ser probado en situaciones similares, como la hemorragia subaracnoidea, convulsiones febriles prolongadas o epilepsia refractaria a la medicación, agrega.

La miopía infantil empeora en invierno por la falta de luz solar

Investigadores de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou (China) han descubierto que la exposición a luz solar puede reducir la progresión de la miopía lo que, por contra, haría que en invierno se agrave esta deficiencia visual.

   Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista 'Ophthalmology' tras analizar los datos de un ensayo clínico que incluyó a más de 200 niños de entre 8 y 14 años de edad con miopía de Dinamarca, donde las horas de luz solar varían en función de la estación del año, pasando de apenas 7 horas en invierno a casi 18 horas en verano.
   Los investigadores analizaron los cambios tanto en la capacidad de los niños para ver como en la forma de sus ojos. De este modo, durante los seis meses con menos luz al día la miopía progresó en 0,32 dioptrías de media, mientras que en los meses más soleados de verano el deterioro fue de 0,28 dioptrías de media.
   Según han explicado, a medida que crece la longitud del globo ocular la miopía tiende a empeorar y, en este sentido, vieron como en invierno la longitud del ojo en los participantes del estudio aumentó en un promedio de 0,18 milímetros, en comparación con los 0,14 milímetros de incremento en verano.
   Los investigadores no analizaron la cantidad de tiempo que los niños pasan fuera, sobre todo si se tiene en cuenta que en Dinamarca pasan mucho tiempo al aire libre en verano y muy poco en invierno, ya que las temperaturas son extremadamente frías, ha explicado Dongmei Cui, autor del estudio.
   Las investigaciones previas sobre la miopía en niños habían revelado que esta deficiencia visual se deterioraba más durante los meses del curso escolar. Sin embargo, no se habían detectado diferencias significativas con el cambio estacional.
   Por ello, como reconoce Cui, los hallazgos de su equipo son los primeros en vincular la progresión de la miopía con las horas de luz diurna. "Incluso cuando el cielo está nublado, la luz del sol es mucho más intensa que la luz interior", ha explicado.

Dar clases de música antes de los siete años mejora las conexiones cerebrales

 Las clases de música antes de los siete años podrían ayudar a establecer fuertes conexiones entre las regiones motoras del cerebro, aquellas que ayudan a a planificar y llevar a cabo los movimientos, según estudio canadiense, publicado en 'Journal of Neuroscience'. 

   La investigación fue llevada a cabo por estudiantes del laboratorio de la Universidad de Concordia, situada en Montreal (Canadá), en colaboración con personal del Instituto Neurológico de Montreal y la Universidad McGill.
   Así, el estudio proporciona una fuerte evidencia de que entre los seis y ocho años la formación musical interactúa con el desarrollo normal del cerebro a la hora de producir cambios duraderos en las habilidades motoras y la estructura del cerebro.
   "Aprender a tocar un instrumento requiere de la coordinación entre las manos y los estímulos visuales o auditivos", ha señalado la profesora Virginia Penhune, de la Universidad de Concordia.
   Dicho esto, ha explicado que "la práctica de un instrumento antes de los siete probablemente aumente la maduración de las conexiones entre el motor y las regiones sensoriales del cerebro".
   Para llegar a estas conclusiones, los investigadores observaron a 36 músicos adultos mientras tocaban algún instrumento y escanearon sus cerebros. La mitad de ellos empezaron su formación musical antes de los siete años, mientras que la otra mitad se inició a una edad más avanzada, aunque los dos grupos tenían el mismo número de años de experiencia. Estos dos grupos se compararon también con individuos que habían recibido poca o ninguna formación musical.
   Al comparar una habilidad motora entre los dos grupos, los músicos que comenzaron antes de los siete años eran más precisos, incluso después de dos días de práctica. Al comparar la estructura del cerebro, los músicos que comenzaron temprano tenían sustancia blanca reforzada en un haz de fibras nerviosas que conecta las regiones motoras izquierda y derecha del cerebro.
   No obstante, los escáneres cerebrales revelaron que no había ninguna diferencia entre los que no tocaban ningún instrumento y los que comenzarón su formación musical en el futuro, lo que sugiere que la evolución del cerebro puede ocurrir temprano o no puede darse.
   "Este estudio es importante a la hora de demostrar que la capacitación es más eficaz en edades tempranas ya que ciertos aspectos de la anatomía del cerebro son más sensibles a los cambios en esos momentos", ha señalado el co-autor, el doctor Robert J. Zatorre, del Instituto Neurológico de Montreal.

La mitad de las torceduras de tobillo origina un dolor crónico residual

Alrededor de la mitad de las torceduras de tobillo pueden dar pie a un "dolor crónico residual" por la lesión de los ligamentos, especialmente en deportes como el atletismo, la danza y la gimnasia rítmica, ha señalado este martes el Hospital de Bellvitge (Barcelona), en un comunicado que recoge las conclusiones de las II Jornadas de Pie y Tobillo.

   Las jornadas, celebradas la semana pasada, contaron con la asistencia de 90 profesionales, fueron organizadas por los servicios de Cirugía Ortopédica y Traumatología de Bellvitge y del Hospital General de L'Hospitalet, y en ellas se recordó la importancia de un "correcto tratamiento" en la primera lesión para evitar complicaciones futuras.
   Los expertos han subrayado que para ello es necesario un buen diagnóstico, que más allá de la exploración física y la radiografía implica cada vez más el uso de la ecografía.
   Por ello, si el paciente presenta dolor o inestabilidad después de diferentes episodios traumáticos y fracasa el tratamiento conservador, los expertos han indicado que una opción es la "reconstrucción anatómica", esto es, la reinserción de los ligamentos afectados.
   Durante las jornadas se ha abordado también el caso de la artrosis de tobillo, una dolencia en la que cada vez es más utilizada la implantación de una prótesis de tobillo, que pese a presentar peores resultados que las prótesis de cadera y rodilla, ya ofrece resultados óptimos en el 80% de los casos a los cinco años.
   Los expertos han tratado también el abordaje de los juanetes --una cirugía mínimamente invasiva que se aborda desde seis procedimientos quirúrgicos diferentes-- y el pie diabético, una patología compleja en la que la atención coordinada puede prevenir más de la mitad de las amputaciones.

Ser el primogénito aumenta el riesgo de diabetes

El orden de nacimiento puede aumentar el riesgo de que los hijos primogénitos desarrollen diabetes o presión arterial alta, según un reciente estudio aprobado para su publicación en 'Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism'. Así, el hijo mayor tiene más dificultades para absorber los azúcares en el cuerpo y mayor presión arterial que los más pequeños, según un estudio de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, que ha detectado también una disminución del 21 por ciento de la sensibilidad a la insulina entre los primogénitos.

   "Aunque el orden de nacimiento por sí solo no es un indicador de enfermedad metabólica y cardiovascular, ser el primogénito de una familia puede contribuir al riesgo general de una persona", afirma Wayne Cutfield, de la Universidad de Auckland.
   Los resultados de la investigación pueden tener importantes implicaciones para la salud pública en países como China, donde la política del hijo único ha llevado a un mayor segmento de la población que se compone de primogénitos, que podrían desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedad de la arteria coronaria, accidente cerebrovascular e hipertensión
   El estudio midió los lípidos en ayunas y los perfiles hormonales, la altura, el peso y la composición corporal en 85 niños sanos entre edades de entre 4 y 11 años. Los 32 primeros hijos que participaron en el estudio tenían una reducción del 21 por ciento de la sensibilidad a la insulina y un aumento de 4 mmHg en la presión arterial, aunque, por otro lado, el estudio encontró que tendían a ser más altos y más delgados que sus hermanos nacidos más tarde.
   Las diferencias metabólicas en los hermanos más pequeños pueden ser causadas por cambios físicos en el útero de la madre durante su primer embarazo, que dan como resultado que el flujo de nutrientes al feto tienda a aumentar durante los embarazos posteriores, sugieren los autores de esta investigación.
   "Nuestros resultados indican que los primogénitos tienen estos factores de riesgo, pero se necesita más investigación para determinar cómo eso se traduce en los casos de adultos con diabetes, hipertensión y otras enfermedades", dijo Cutfield.

Los genes del autismo se activan durante el desarrollo del cerebro

Los genes relacionados con el autismo y la esquizofrenia sólo se encienden durante las primeras etapas del desarrollo del cerebro, según un estudio en ratones realizado por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

   En la investigación, una colaboración entre científicos de la Universidad de Oxford, el 'King College' de Londres y el 'Imperial College' de Londres financiada por el 'Medical Research Council' y el 'Wellcome Trust', se estudió la expresión de genes en los cerebros de los ratones a lo largo de su desarrollo, desde los 15 días de embriones a los adultos
   En concreto, se centró en células en el 'subplaca', una región del cerebro donde primero se desarrollan las neuronas (células nerviosas), que proporcionan las primeras conexiones dentro del cerebro. "La placa de conexión proporciona el andamiaje necesario de un cerebro para crecer, por lo que es importante tener en cuenta al estudiar el desarrollo del cerebro", dice el profesor Zoltán Molnár, autor principal del artículo de la Universidad de Oxford,
   El estudio muestra que ciertos genes relacionados con el autismo y la esquizofrenia estan sólo activos en la placa de conexión durante las etapas específicas del desarrollo. "La mayoría de los genes de susceptibilidad del autismo sólo se expresan en la placa de conexión del cerebro de ratón en desarrollo --explica la doctora Anna Hoerder-Suabedissen, que dirigió el estudio en la Universidad de Oxford--. Muchos sólo se pueden encontrar en ciertas etapas de desarrollo, haciendo que sea difícil de identificar en etapas posteriores utilizando técnicas anteriores".
   El grupo de investigadores fue capaz de cartografiar la actividad genética en detalle gracias a los completos poderosos nuevos métodos que les permitieron analizar el perfil de expresión génica y de un pequeño número de células. Esto también les dio la oportunidad de identificar las diferentes poblaciones de neuronas subplaca con mayor precisión. Las neuronas subplaca fueron descubiertas por primera vez en la década de 1970 por los profesores Ivica Kostovic y Pasko Rakic ??de la Universidad de Yale (Estados Unidos).
   "Estoy emocionado de ver tangibles vínculos genéticos de apoyo de la idea de un posible papel de la zona transitoria sobre placa embrionaria en el origen de trastornos como el autismo y la esquizofrenia --dice el profesor Rakic--. Si esto es posible demostrar en ratones, donde la placa de conexión es relativamente pequeña, es probable que sea aún más pronunciada en los seres humanos, donde está mucho más evolucionada".