Comportamientos autistas pueden ser parcialmente remediados por la
normalización de los niveles excesivos de la síntesis de proteínas en
el cerebro, según ha descubierto un equipo de investigadores en un
estudio con ratones de laboratorio. Los hallazgos, que aparecen en el
último número de 'Nature', abren una vía para la creación de productos
farmacéuticos destinados a tratar los trastornos del espectro autista
(TEA) que se asocian con la disminución de habilidades de interacción
social, la capacidad de comunicación alterada y comportamientos
repetitivos.
"La creación de un fármaco para tratar TEA será difícil, pero
estos resultados ofrecen una posible vía para llegar a él", explica Eric
Klann, profesor de la Universidad de Nueva York en el Centro para la
Ciencia Neural y autor principal del estudio, en el que también han
participado investigadores de la Universidad de California, San
Francisco (Estados Unidos) y tres instituciones francesas: Universidad
de Aix-Marseille, el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación
Médica y el Centro nacional de la Investigación Científica.
Los investigadores se centraron en el gen eIF4E, cuya mutación
está asociada con el autismo. La mutación que causa el autismo aumenta
los niveles de la eIF4E, el producto proteico de eIF4E, y conduce a una
exagerada síntesis de proteínas, que pueden desempeñar también un papel
en una serie de trastornos neurológicos, incluyendo el síndrome de X
frágil (FXS).
En sus experimentos, los investigadores examinaron ratones con
mayores niveles de eIF4E, descubriendo que tenían niveles exagerados de
la síntesis de proteínas en el cerebro y exhibían comportamientos
similares a los encontrados en individuos con autismo, como conductas
repetitivas, disminución de la interacción social, disminución e
inflexibilidad de comportamiento. También hallaron alteraciones de
comunicación entre las neuronas en las regiones cerebrales vinculadas a
las conductas anormales.
Para poner remedio a estos comportamientos similares al autismo,
los investigadores probaron una droga, 4EGI-1, que disminuye la síntesis
de proteínas inducida por los niveles crecientes de eIF4E. Los
experimentos demostraron que los ratones volvieron a tener una
producción de proteínas a niveles normales y, por ello, revertir los
comportamientos autistas.
Así, los ratones fueron menos propensos a involucrarse en
conductas repetitivas y más propensos a interactuar con otros ratones y
tuvieron éxito en la navegación de laberintos, lo que demuestra una
mayor flexibilidad de comportamiento. Investigación adicional reveló que
estos cambios eran probablemente debido a una reducción en la
producción de los niveles de las proteínas recién sintetizadas en los
cerebros de estos ratones eran similares a los de los ratones normales.