Investigadores del Instituto de Tecnología
Química de Valencia --centro mixto del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universitat Politècnica de
València, el Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel
Hernández de Elche (UMH) y el Centro de Investigación Biomédica en Red
en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN)-- han
desarrollado un nuevo nanofármaco que combina fototermia y quimioterapia
para la lucha contra el cáncer.
Hasta el momento, los investigadores han aplicado este nuevo
nanofármaco sobre cultivos celulares de glioma humano. Los resultados
obtenidos son interesantes para los tratamientos del cáncer de piel
(melanomas) y de tumores no sólidos del sistema nervioso como los
gliomas, han explicado los responsables del trabajo en un comunicado.
El estudio, publicado en la revista 'Dalton Transactions', ha sido
coordinado por el Dr. Pablo Botella, por parte del ITQ, y Eduardo
Fernández (UMH y CIBER-BBN). El nuevo nanofármaco está formado por
partículas híbridas que contienen agregados de nanopartículas de oro
(nanoclústeres) protegidos por una cubierta de sílice porosa en el
interior de la cual se incorporan moléculas de un fármaco antitumoral
(camptotecina).
Los nanoclústeres de oro presentan actividad fototérmica,
absorbiendo luz en el rango del infrarrojo cercano (800 nm). Según
explica el doctor Pablo Botella, "mientras que los tejidos orgánicos son
prácticamente transparentes a dicha radiación, su absorción por parte
de los nanoclústeres de oro provoca un gran incremento de temperatura a
nivel local".
"Cuando esto se produce dentro de una célula cancerosa, se
genera un aumento de las tensiones internas, lo que conduce a la
destrucción de la misma", añade el experto.
Como fuente de luz en el rango del infrarrojo cercano se utiliza
un láser biomédico (800 nm) que trabaja en la escala de femtosegundos (1
fs = 1x10-15 seg). La acumulación de las nanopartículas híbridas
oro/sílice en las células cancerosas está favorecida en gran medida por
el aumento de la permeabilidad vascular que tiene lugar a nivel de un
tumor.
Además, la liberación del agente quimioterápico transportado en el
interior de la cubierta porosa de las partículas, permite eliminar
aquellas células malignas que no hayan sido alcanzadas por el láser.
"Con ello se asegura una efectividad mucho mayor que con la
terapia tradicional, así como la ausencia total de efectos secundarios
provocados por la actividad citotóxica de la camptotecina en otros
tejidos", apunta Eduardo Fernández, investigador de la Universitat
Miguel Hernández y del Centro de Investigación Biomédica en Red en
Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).
"El estudio ha completado su fase inicial llevada a cabo sobre
cultivos celulares y, actualmente, se está planificando el desarrollo de
la siguiente etapa preclínica sobre modelos animales de cáncer de piel y
de gliomas. No obstante, todavía es pronto para avanzar el comienzo de
la aplicación en humanos", concluye Pablo Botella.