El patrón de alteraciones genómicas en el
cáncer de colon y los tejidos del recto es el mismo, lo que lleva a los
investigadores a concluir que estos dos tipos de cáncer pueden ser
considerados como un solo tipo, según el proyecto del Atlas del Genoma
del Cáncer (TCGA, por sus siglas en inglés), de los Institutos
Nacionales de Salud (Estados Unidos). Este hallazgo ha sido publicado en
la revista 'Nature'.
"Este descubrimiento de la verdadera naturaleza genética del
cáncer de colon y recto es un logro importante en nuestra búsqueda de
fundamentos para comprender esta enfermedad", afirma el director de los
de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés)
Francis S. Collins, quien agrega que "los nuevos datos tienen el
potencial de cambiar la forma de diagnosticar y tratar ciertos tipos de
cáncer".
El estudio, financiado por el Instituto Nacional del Cáncer, y el
Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, las dos partes
integrantes del NIH, también encontró varios errores genéticos
recurrentes que contribuyen al cáncer colorrectal.
Existe una conocida asociación negativa entre la agresividad de
los tumores colorrectales y el fenómeno de la hipermutación, en el que
la tasa de mutación genética es anormalmente alta, debido a que los
mecanismos normales de reparación del ADN se rompen. En este estudio, el
16 por ciento de las muestras se encontraban hipermutadas; y tres
cuartas partes de estos casos exhibían inestabilidad de microsatélites
(MSI, por sus siglas en inglés) -que a menudo indica un mejor
pronóstico. Los microsatélites son secciones repetitivas de ADN en el
genoma -si se producen mutaciones en los genes responsables del
mantenimiento de las regiones del genoma, los microsatélites pueden
llegar a ser más largo o más cortos.
El Instituto Nacional del Cáncer estima que más de 143.000
personas en los Estados Unidos serán diagnosticadas con cáncer
colorrectal, y que 51.500 son propensas a morir de la enfermedad en
2012. El cáncer colorrectal es el cuarto cáncer más común en los
hombres, después del cáncer de piel, de próstata y de pulmón. También es
el cuarto cáncer más común en las mujeres, después del cáncer de piel,
de mama y de pulmón.
Los investigadores observaron que en las 224 muestras de cáncer
colorrectal examinadas, 24 genes habían mutado en un número
significativo de casos. Además de genes ya conocidos previamente (por
ejemplo, APC, ARID1A, FAM123B/WTX, TP53, SMAD4, PIK3CA y KRAS), los
científicos identificaron otros genes (ARID1A, SOX9 y FAM123B/WTX) como
potenciales conductores de este tipo de cáncer, cuando se encuentran
mutados.
"Aunque puede llevar años traducir estos datos genéticos del
cáncer colorrectal en nuevas estrategias terapéuticas y métodos de
vigilancia, esta información genética, sin duda, será el trampolín para
determinar la clínica contra el cáncer de colon", afirma Harold E.
Varmus, director del Instituto Nacional del Cáncer.
La red de investigación también identificó mutaciones o
sobreexpresión, en el cáncer colorrectal, en los genes ERBB2 y IGF2
-estos genes están involucrados en la regulación de la proliferación
celular. Este hallazgo apunta a una estrategia terapéutica potencial, en
la que la inhibición de los productos de estos genes podría retardar la
progresión del cáncer.
Una parte clave de este estudio fue el análisis de las vías de
señalización -las vías de señalización controlan la actividad génica
durante el desarrollo celular, y regulan las interacciones entre las
células cuando éstas forman órganos o tejidos. Los investigadores
observaron nuevas mutaciones en una cascada de señalización particular,
llamada vía WNT; según los expertos, este descubrimiento mejorará el
desarrollo de inhibidores de la señalización de WNT, que podrían
beneficiar a los pacientes de cáncer colorrectal.
Además de examinar la vía WNT, los investigadores también
identificaron RTK/RAS y PI3K-AKT como vías que pueden estar alteradas en
un conjunto sustancial de los tumores colorrectales. Gracias a estos
hallazgos, los desarrolladores de medicamentos pueden ahora reducir su
ámbito de investigación, y lograr un enfoque terapéutico más específico.